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El CAD tiene que dejar paso al BIM

Cualquier cambio genera una oposición que será tanto más grande cuanto más de revolucionario tenga éste.

Bienvenidos al cambio.

No pretendo hacer un post al unísono, voy a intentar reflexión la decisión.

Nadie discute las ventajas que introdujo el uso del CAD:

  • Mejoraba considerablemente la velocidad de trabajo frente al papel.
  • Añadía la posibilidad de guardar y recuperar en cualquier momento la información para consultarla o incluso ¡imprimirla!
  • Se podían corregir errores, hacía fácil la representación de elementos complejos en 3D.

Tampoco se niega la revolución que supuso pero si lo miramos fríamente (algo que solo permite hacer la distancia temporal) nos daremos cuenta de que la revolución fue relativa, pues no era más que la evolución lógica del lápiz y el papel: el primero se convertía en un ratón para introducir series de puntos con coordenadas en el espacio y el segundo en una pantalla. 

En ningún momento se cambió realmente la manera de trabajar, pensar y entender la arquitectura.

Las diferencias entre BIM y CAD son más que notables, aunque a priori no parezca que hay ninguna porque ambos usan la misma máquina y un software muy similar en apariencia. 

Sin embargo el BIM no es una herramienta de dibujo, aunque sirva (también) para dibujar. Su mayor baza no es que permite trabajar más rápido, sino el almacenamiento de información y la relación que existe entre ella, que al fin y al cabo es de lo que hablan sus siglas: 

Building Information Modelling (o Modelización de la información del edificio).

Esto que parece baladí, no lo es en absoluto pues tiene grandes ventajas, a saber:

  • Consistencia de los proyectos: Cuando se hace un cambio, éste aparece reflejado en planta, alzado, sección, por tanto siempre habrá una consistencia entre todos los documentos que forman el proyecto, algo difícil de conseguir en el CAD. A decir verdad esto ocurre porque solo existe un único objeto: el modelo virtual, y las plantas, secciones, detalles son representaciones de éste, algo que no ocurría literalmente con el CAD, pues cada uno de ellos eran entidades independientes.

  • Elementos con propiedades físicas: Dado que en lugar de usar líneas, círculos, se representan elementos físicos tales como muros, techos, puertas, ventanas… éstos tienen la particularidad de que pueden dotarse de propiedades físicas tales como materiales, acabados, precios… y luego estable operaciones e informes con ellos.

  • Bases de datos relacionadas: Las propiedades de los objetos se almacenan en una base de dato relacional, de tal manera que conociendo esos datos y el número de elementos que existen con cada una de estas propiedades, se pueden generar informes automatizados de recuentos de elementos constructivos (por ejemplo carpinterías) que además de ser casi instantáneos no darán opción a error y pueden actualizarse dinámicamente (no solo podemos cambiar algo en el plano y se cambiará en el informe sino que si lo cambiamos en el informe también cambiará en el plano).

  • Gestión de la información: Un problema clásico del trabajo en CAD es la enorme cantidad de archivos distintos que se generan, llegando a dificultar enormemente la tarea de encontrar el archivo y la versión que necesitamos para trabajar o imprimir. El problema crece exponencialmente cuanto más complejo es el proyecto o mayor es el número de personas que trabajan en él. Con los programas BIM esto se facilita sobremanera y se facilita también el trabajo en grupo, la localización de información, impresión por lotes.

Retos de futuro:

De lo comentado anteriormente se desprende un abanico de colores interesantísimo:

Una de las mayores ventajas que ofrece el BIM es que al ampliar el tipo de información que admite y relacionarla entre ella, abre un gran número de posibilidades de crecimiento que hoy por hoy no existen pero podrían ser una realidad en un futuro muy próximo.  tales como:

  • Dotar a los elementos constructivos de propiedades físicas que permitan calcular el comportamiento térmico del edificio en lugar de tener que usar programas de terceros como LIDER o CALENER que te obligan, además, a redibujar el edificio.

  • Llevando la idea anterior más allá también podría funcionar para calcular las transmisiones de carga y el comportamiento estructural. El concepto es el mismo.

  • Integrar la documentación escrita del proyecto con los datos del mismo. Actualmente las memorias descriptivas y constructivas requieren de la introducción de muchos datos técnicos del proyecto (cuadros de superficies, datos de agentes, datos del proyecto, presupuesto…). Estos datos podrían ser parte de la base de datos del modelo virtual e integrarse con las memorias, ganando, una vez más, tiempo y consistencia entre toda la documentación presentada.

En resumen: como comentaba al principio del escrito, BIM introduce un nuevo modo de entender el trabajo  en el que planos, datos, detalles… están relacionados entre sí formando un conjunto sólido, un modelo virtual del edificio del que se pueden extraer todo tipo de datos y representaciones, con el objetivo de incrementar la productividad y mejorar la seguridad de que lo que se representa es coherente y correcto. 


Ese cambio de modelo conceptual es a su vez su mayor enemigo, pues  supone, en efecto, un cambio en la manera de trabajar, y eso es algo a lo que muchos no están dispuestos a renunciar o simplemente no pueden. Es evidente que el cambio está a la vuelta de la esquina y será para bien.

¿Estás de acuerdo con lo expuesto?

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